lunes, 28 de junio de 2010

HOY NO SALGO


Esta vez no salgo a la huelga. No estoy de acuerdo en primer lugar porque esto que está convocado no tiene ni fuste ni fundamento y más parece una algarada que una convocatoria de huelga general. Una huelga general no es una herramienta al servicio de los sindicatos para que diriman sus diferencias entre sí y demuestren quién es el que más arrastra. Una huelga general, por las razones que se aducen en ésta, no se puede convocar en un territorio particular metiendo en el mismo saco las condiciones políticas de los gobiernos y las imposiciones del sistema de economía global. Hoy se me ha convocado a tres huelgas distintas: los sindicatos nacionalistas con su enfoque propio, comisiones obreras de Euskadi para hacerles la competencia y hasta he tenido que escuchar las soflamas de la CNT, que las podría escribir yo, sin ánimo de ofenderles, porque las conocemos de siempre. Para más inri, me convocan en contra de la reforma laboral y resulta que aún no está tramitada ni aprobada, mientras que se la mezcla con las medidas provocadas por los ajustes impuestos desde fuera. Creo que soy lo suficientemente mayor para tomar decisiones en base a las opiniones que me forme y no porque alguien nos plante unos cuantos eslóganes en un panfleto. No sé cuando los sindicatos van a considerar adultos a los trabajadores para plantear las decisiones con madurez y con repuestas adecuadas a lo que se quiere rechazar. En este tipo de cuestiones, los sindicatos me recuerdan a las jerarquías eclesiásticas cuando imparten doctrina a sus fieles y solamente esperan de ellos respuestas de férvida adhesión.





Sí estoy de acuerdo en que los trabajadores de todo tipo no tenemos que cargar con las consecuencias de los desmanes del sistema capitalista y de los especuladores que han estado a punto de arruinar naciones enteras. Como dije en mi entrada anterior, es curioso que en Europa y en América aplaudan las medidas del gobierno de España mientras que a nosotros nos parecen un atraco tanto a las clases medias como a los más depauperados. Ahora en el G20 no se han puesto de acuerdo para organizar una gobernanza global que imponga unas normas universales de control a los bancos y a los mercados y han dejado que cada nación se lama sus llagas como pueda. Lo que no han querido hacer los políticos tendríamos que conseguirlo los trabajadores, esto es, plantear respuestas a nivel globalizado porque lo que nos pasa a nosotros les pasa a los irlandeses, a los griegos, a los franceses... a cada cual con un motivo peculiar de cada país, pero el mismo resultado para todos: paro, despidos baratos, congelaciones, subida de impuestos... No nos podemos permitir repetir el mismo error montando numeritos a pequeña escala ¿Qué respuestas podemos dar desde Euskadi exclusivamente en este contexto? Un movimiento global no se puede madurar con estas movilizaciones banderizas que no conducen a nada porque ni siquiera van a durar un día en los noticiarios. Creo que los trabajadores de este país no nos hemos merecido este espetáculo lamentable.

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