domingo, 20 de febrero de 2011

QUE SE VAYAN


Me está impresionando la reacción de estos pueblos del mundo árabe que se han plantado en la calle y han dicho basta. No me fijo ahora en los resultados de estas protestas, sino más bien en el coraje de los ciudadanos que se están jugando la vida por algo que tienen muy claro: hasta aquí hemos llegado. Puede que en alguno de estos sitio haya sido el hambre y la miseria los que les echaron a la calle, puede que en otros hayan sido otro tipo de motivaciones de corte más político, pero el resultado ha sido el mismo: han conseguido sacar a flote las vergüenzas y corrupciones de los sistemas de gobierno que estaban soportando y poner a sus tiranos entre las cuerdas cuando no les han obligado a salir corriendo o masacrando a la gente indefensa, como está hacendo el energúmeno libio.



Han sido los ciudadanos los que han decidido hacer los cambios, los que se han organizado más allá de maniobras de partidos, de jeques o de los militares. Han demostrado tener una consistencia insospechada para ser un moviento espontáneo y se han dejado la piel y la vida en el intento. He escuchado una anécdota muy curiosa en la radio. Estaban haciendo una entrevista a un músico cubano que vive desde hace mucho fuera de Cuba y se confiesa anticastrista. La locutora le preguntó si se puede esperar que allí también se pueda ver un día a la gente plantada para echar a los Castro. "En Cuba no somos musulmanes" contestó con sorna. Pero musulmanes, coptos o lo que sean son pueblos del sur que han empezado a hacer saltar el status quo que han ido imponiendo los del norte porque para sus intereses necesitaban contar con esos sátrapas que controlasen la zona y el petróleo. Menos mal que hay alguien que nos da la esperanza de que aún puede cambiar algo, que lo establecido por muy fuerte que sea puede temblar.

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