miércoles, 30 de marzo de 2011

UN CIERTO ABANDONO...(pensamientos conmigo mismo)

Estoy descubriendo una nueva etapa en la vida, en la que hay que responder a los cuidados de los mayores, además de no haber soltado aún a la menor. Descubres que hay otros familiares o cercanos que pueden naufragar de un momento a otro y que podemos decir o hacer algo... Sin darme cuenta he ido cambiando de ciclo y, de repente, me encuentro con que no me encuentro a mí mismo. Mi madre, mis suegros, Nando, mi prima, su hija y sus nietos, su hijo, Irene con sus cosas, la compra, la casa, Edurne y poco a poco las colaboraciones con la FVF... Este post es como un momento de decir por fin hago algo que no tengo que hacer o que no me reclaman los demás. Me acabo de dar cuenta que hace un mes que no escribo en este blog y en el facebook, que es más fácil por aquello de los mensajes cortos, se me ha olvidado la fecha. Ya no recuerdo dónde dejé el último artículo de teología que estaba leyendo sobre el concepto de salvación cristiana. Recuerdo que me descargué el Jesús de Pagola y aún no lo he revisado. A duras penas voy leyendo el último de Auster que me ha dejado Eva. Y si sigo así se me va a olvidar nadar...



Menos mal que el fin de semana pasado fue un paréntesis delicioso atendiendo al trocito de naturaleza de nuestra casa y sintiéndonos acurrucados como en un nidito íntimo al calor de la estufa del txoko, que es nuestro refugio de invierno. Y es que poder sentirnos, hablarnos y mirarnos sin prisa y aparcando todo lo demás es la mejor dinamo que podemos inyectarnos para el día a día absorvente en el que nos vemos envueltos. Eso sí, aparcar no abandonar. No reniego de ninguno de ellos y sé que por más que me absorvan son parte del sentido de mi vida, porque no me quitan la vida sino que me la multiplican.

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