jueves, 13 de marzo de 2014

Días de monte 13

La cumbre de Larrea vista desde el Ubieta
El macizo del Ganekogorta al fondo
El domingo pasado retomamos los paseos mañaneros después de varios intentos frustrados por el tiempo o por nuestros compromisos familiares. Elegimos las Encartaciones por la cercanía y porque necesitábamos un monte no muy alto por aquello de entonar las piernas. Nos decidimos por el pequeño macizo de Ubieta partiendo de Güeñes. Consta de dos alturas de 635 ms. de altitud, el Ubieta y el Larrea. Están separadas por una larga vaguada. Claro que, como pasa en esta zona, aunque los montes no son muy altos hay que superar un desnivel de más de 500 ms. en una distancia corta, por lo que la subida tiene una media de pendiente más que exigente. Además la vaguada intermedia está 100 ms. más baja que las cumbres lo que añade un sube y baja al hacer las dos.

La mañana fue luminosa y esta vez las indicaciones del plano coincidían con unas señales puestas con tiras de plástico, lo que supuso que hicimos la subida de una tirada sin pérdida.
Juanjo en la cumbre de Larrea.
El pico La Cruz al fondo
Esto supone casi un milagro en estas zonas de pinares que están plagadas de pistas que nunca sabes a dónde van a parar. La mañana fue luminosa, tanto que se me han desvelado casi todas las fotos, aunque puede que también sea porque la cámara empieza a flojear. O sea, que esta vez tampoco va a haber un álbum. Solo he podido rescatar algunas fotos, aunque están de aquellas trazas. 


El Ubieta desde Larrea
En la primera parte de la subida estábamos refugiados por el pinar, pero al ir a atacar la subida del Ubieta salimos a campo abierto y las rachas de viento nos llevaban. En las cumbres que hay antenas, aunque se pierde el encanto del monte, se garantiza que hay buenas vistas. Es lo mismo que en esos restaurantes de carretera que tienen el aparcamiento lleno de camiones, lo que supone que allí se come bien. Es una pena que no haya podido conseguir las fotos. El panorama iba desde las nieves del Gorbea hasta las cumbres del Castro Valnera y la zona de los montes de Ramales, todos también nevados. Por supuesto, se dominaban todos los macizos y un montón de poblaciones y caseríos de las Encartaciones, desde algunos neveritos del Zalama hasta los montes mineros y, cómo no, el mar. No pudimos disfrutar mucho del panorama porque el viento era insoportable, así que nos volvimos a la zona de pinares comimos el bocata y para casa. Para el próximo día ya estamos más preparados, así que será uno de más de 1000, seguro.
En la cumbre de Ubieta, agarrándose a la veleta. Detrás un trocito de mar

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